Las más recientes evaluaciones Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) avalan que los países ricos alcanzaron cifras récord, al rebasar en buena medida las contracciones socioeconómicas asociadas a la pandemia de la Covid-19.
En cambio, la mitad de las naciones más pobres permaneció por debajo del nivel anterior a la crisis sanitaria al evaluar su IDH, una medida resumida que refleja el Ingreso Nacional Bruto per cápita, la educación y la esperanza de vida de un país.
En 2023, los 38 Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alcanzaron puntuaciones más altas en el IDH en comparación con 2019.
Sin embargo, 18 de los 35 países menos adelantados (PMA), que experimentaron retrocesos en su IDH en 2020 y/o 2021, aún no han recuperado sus niveles de desarrollo humano previos a la pandemia.
“Los avances desiguales del desarrollo están dejando atrás a las personas más pobres, exacerbando la desigualdad y avivando la polarización política a escala mundial”, señala el análisis del PNUD.
De acuerdo con el estudio, la concentración económica acentúa las desigualdades: en 2021, ejemplificó, la capitalización bursátil de cada una de las tres mayores empresas tecnológicas del mundo superó el Producto Interno Bruto (PIB) de más del 90 por ciento de los países ese año.
A escala global, el fracaso de la acción colectiva para avanzar en la lucha contra el cambio climático, la digitalización o la pobreza y la desigualdad no solo obstaculiza el desarrollo humano, sino que agrava la polarización y erosiona aún más la confianza en las personas y las instituciones en todo el mundo”, opinó el administrador del PNUD, Achim Steiner.
Además, están floreciendo enfoques políticos contrarios a la cooperación mundial para abordar problemas urgentes como la descarbonización de las economías, el uso indebido de las tecnologías digitales y los conflictos.
El fenómeno es “especialmente alarmante” a la luz de las temperaturas récord de 2023, que ponen de relieve la necesidad inmediata de una acción unida para hacer frente a la crisis climática, o en el advenimiento de la inteligencia artificial como una nueva frontera tecnológica en rápida evolución con escasos o nulos mecanismos regulatorios de protección, juzgó la fuente.
“Los enfoques proteccionistas no pueden abordar los retos complejos e interconectados a los que nos enfrentamos, como la prevención de pandemias, el cambio climático y la regulación digital”, enfatizó Steiner.
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