Desde el 1 de abril, los jueces analizan en plenario dos acciones, de autoría de los partidos de los Trabajadores y Liberal, que piden la anulación e inelegibilidad de Moro.
Las acusaciones son de abuso de poder económico y uso indebido de medios a lo largo de la campaña electoral de 2022.
Si es revocado por el TRE, Moro no dejará el cargo de inmediato porque la defensa podrá recurrir al Tribunal Superior Electoral (TSE).
Pero si la eventual revocación es confirmada por el TSE, nuevas elecciones serán convocadas en Paraná para llenar la vacante del senador que quedará inelegible hasta 2030.
Moro adquirió reputación nacional e internacional al comandar, entre marzo de 2014 y noviembre de 2018, el juicio en primera instancia de los delitos identificados en la desarticulada operación judicial Lava Jato.
Sin pruebas, castigó al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2017 a nueve años y seis meses de prisión por supuestos actos de corrupción.
Luego desistió al cargo de juez y fue nombrado ministro de Justicia por el exmandatario Jair Bolsonaro (2019-2022). Más tarde dejó el puesto después que el exgobernante removiera sin consultarlo al entonces director de la Policía Federal, Maurício Valeixo, un hombre de su confianza.
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