En homenaje celebrado en el Museo Nacional de Historia Militar, convocado por la Embajada de Cuba, participantes en la gesta, oficiales de las Fuerzas Armadas Angoleñas, representantes de la misión diplomática de la isla, de la corporación Antex S.A. y del cuerpo diplomático acreditado aquí, resaltaron la trascendencia del hecho.
El embajador de la nación caribeña, Oscar León, en presencia del teniente general Waldemar Ulica Tchipilica, representante de la Casa Militar del Presidente de la República, recordó la acción como un acontecimiento que consolidó la independencia y la integridad territorial de Angola.
Fue también un suceso que cambió la geopolítica de la región del África Austral, con la independencia de Namibia y el fin del régimen del apartheid en Sudáfrica, añadió León. Exaltó además el valor de los combatientes de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (Fapla) y de los internacionalistas cubanos, quienes derrotaron el mito de la invencibilidad del ejército más potente de la región en la época y obligaron a llegar a un acuerdo en la mesa de negociaciones.
El embajador elogió la voluntad del Gobierno angoleño de educar a las nuevas generaciones en el estudio de la historia del país, y consideró que el Museo de Historia Militar es un ejemplo de ese propósito.
Recordó las palabras del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en las cuales resaltó las relaciones de solidaridad y amistad entre Angola y Cuba como un ejemplo para otros países, no solo en la lucha, sino también en la etapa posterior.
León agregó que estas se han mantenido a lo largo de los años y en 2025 ambas naciones cumplirán medio siglo de relaciones diplomáticas.
Durante la actividad, el teniente general Fernando Amândio Mateus ofreció una explicación detallada tanto del contexto político que rodeó a la Batalla de Cuito Cuanavale como del desarrollo de las acciones militares.
Testigo excepcional de los hechos, “Nando”, como es conocido, profundizó en la estrategia seguida por el mando angoleño para sacar a los sudafricanos del territorio nacional, donde habían penetrado 400 kilómetros.
Rememoró que en momentos en que las Fapla se vieron diezmadas bajo el potente fuego sudafricano y requerían especialistas de artillería y completar las tripulaciones de los blindados, el refuerzo de los cubanos fue de gran ayuda, al igual que resultó muy valiosa la contribución de la aviación con sus MiG-23 para alcanzar el triunfo.
Otros protagonistas de la Batalla (15 de noviembre de 1987-23 de marzo de 1988), como los brigadeiros Evaristo Domingos y Joaquín Fernando Marcos, se refirieron a las vicisitudes del combate, el valor y la resistencia de los combatientes, que superaron los obstáculos y lograron la victoria.
En la actividad participaron además representantes de las organizaciones de solidaridad con Cuba, el director de América de la Cancillería angoleña, Felisberto dos Prazeres, y el director adjunto del Museo Nacional de Historia Militar, coronel Alves Sonetunda.
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