La víspera el presidente João Loureço, durante la apertura de la sexta sesión ordinaria del Comité Central del Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), partido que encabeza, se refirió al tema al abordar la lucha contra la corrupción, y transmitió una velada queja hacia Suiza.
El mandatario señaló que la Fiscalía realiza esfuerzos para repatriar esos activos y desde diciembre de 2023 se trabaja con la nación helvética, donde está una buena parte del dinero, sin que hasta el momento se haya conseguido tener su posesión.
Lourenço remarcó que el “Gobierno angoleño es soberano para decidir el destino que dará a ese recurso, por supuesto, bajo el escrutinio de las entidades competentes del país, definidas en la Constitución y la Ley”.
Inmediatamente después agradeció a las autoridades del Reino Unido, “por la celeridad en la devolución” de 500 millones de dólares correspondientes a otra sentencia judicial, “y por haber confiado en la idoneidad y seriedad del Ejecutivo Angoleño y respetar su soberanía”.
Los afilados comentarios de Lourenço se unen a la preocupación expresada el jueves por el fiscal general, Hélder Pitta Gróz, quien igualmente aludió a las gestiones para recuperar los recursos desviados por el empresario luso-angoleño Carlos São Vicente.
Pitta Gróz afirmó entonces que el país tiene los medios para demostrar de dónde vino ese dinero y cómo llegó a esos lugares, pero explicó a la prensa que además de las dificultades para liberar elevados montos de dinero, existen complicaciones vinculadas a las leyes de los países donde están guardados los activos.
São Vicente cumple condena de nueve años por malversación de fondos, fraude fiscal y blanqueo de dinero; además de tener que pagar una indemnización de 500 millones de dólares.
De acuerdo con la Fiscalía General angoleña, en cuentas en bancos suizos dejó más de mil millones de dólares, otros 550 millones en Singapur, 200 millones de dólares en Bermudas, 18 millones en Dubai y alrededor de 20 millones en Portugal.
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