David Hernández, Ph. D., máster en CC. PP. por las universidades de Hannover y Berlín, aborda el tema en un artículo que publica este lunes el Diario El Salvador, “Relación China-ES: horizontes de progreso” donde resalta los vínculos entre ambas naciones.
El acercamiento de El Salvador y de Latinoamérica hacia China aumentó luego de la crisis hegemónica que desde 2008 abate a Estados Unidos y sus aliados y por el avance de la economía china, que pasó a ser la más importante del mundo, reseñó Hernández.
La cercanía con el gigante asiático, precisó, se inserta en los procesos de insubordinación del Sur global que contribuyen al resquebrajamiento del mundo unipolar dominado por Washington, opinó.
Señaló el experto la importancia del proyecto “Iniciativa de la Franja y la Ruta o Proyecto de la Nueva Ruta de la Seda”, lo cual consideró proporciona nuevas direcciones para el desarrollo de la cooperación económica entre China, Latinoamérica y el Caribe.
Hernández abordó diferentes procesos de cooperación en El Salvador, “sinónimo de progreso y modernización”, todo, dijo, producto de una cooperación no reembolsable de 500 millones de dólares, en el marco de la cooperación Sur-Sur.
A ello habría que agregar, indicó, las donaciones millonarias de vacunas anti-Covid-19 recibidas oportunamente en plena pandemia, miles de toneladas de fertilizantes y cereales, becas a estudiantes y periodistas salvadoreños para estudiar y visitar China, entre otros.
La República Popular China, precisó, es un aliado estratégico para El Salvador; su apoyo desinteresado, libre de ataduras políticas o ideológicas, así como su cooperación no reembolsable, son importantes en los distintos proyectos-país de desarrollo, comercio e inversión.
Asimismo remarcó que la presencia de China en Centroamérica y los países del SICA aumentó en los últimos lustros.
Aseveró que “las posibilidades de suscribir un TLC entre El Salvador y China se vuelven reales a medida que la cooperación china rinde sus frutos.
Hay escollos, sostuvo, en lo relativo a la industria textil salvadoreña y la producción de algodón que podrían ser considerados de manera especial en dicho tratado, por ejemplo, excluyendo la competencia textil china en El Salvador, o considerando apoyo técnico de China en maquinarias y calidad de las semillas para la producción de algodón.
Un aspecto importante, aseveró, sería que «la República Popular China compre la deuda externa de El Salvador, vitalizando el progreso y la productividad en nuestro país y la región centroamericana».
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