Desde un escenario instalado en Plaza de Mayo, la dirigente estudiantil se dirigió a cientos de miles de personas congregadas para denunciar las políticas del Gobierno de Javier Milei y defender el derecho a una enseñanza gratuita, de calidad y federal.
Nuestras universidades sufrieron un fuerte ajuste en términos reales en los gastos de funcionamiento. Llegamos a marzo con un presupuesto con valores de septiembre de 2022. El incremento del 70 por ciento de estas partidas, dispuesto para el mes pasado, más el reciente anuncio de un 70 adicional, constituyen un aliciente aún insuficiente en tanto la inflación fue de un 300 por ciento en el mismo período de tiempo, señaló al dar lectura a un comunicado elaborado por las agrupaciones representadas.
Además, las obras del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria se encuentran paralizadas y no hay certezas ni información respecto a su continuidad, añadió.
También denunció que, en los últimos meses, el salario de los trabajadores del sector perdió el 50 por ciento de su poder adquisitivo.
Ese deterioro se hermana con el del resto de los sectores del mundo laboral. Ello lleva a retomar consignas de hace más de 20 años: ¡Ningún trabajador de las universidades nacionales por debajo de la línea de pobreza!, afirmó.
Exigimos paritarias (negociaciones) libres, sin techos, para garantizar sueldos acordes al contexto actual. Sin salarios dignos, la universidad pública es inviable. También es indispensable que se mejore de manera urgente la situación de los jubilados y que se restituya el Fondo de Incentivo Docente, añadió.
Fernández rechazó la política de ajuste y disciplinamiento impulsada por el Ejecutivo.
“Nos organizamos, resistimos y solidarizamos con todos los sectores que hoy atraviesan una situación similar o peor por afrontar despidos masivos. La educación es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad”, aseveró.
Por otra parte, destacó la importancia de las becas de estudio y alertó sobre un recorte alarmante.
Las decisiones del Gobierno hacen que el desguace de las herramientas conquistadas sea prácticamente total. Se necesitan presupuesto y políticas de bienestar estudiantil para poder estudiar. Ante esto, asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la educación de las grandes mayorías, señaló.
No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos de la universidad argentina, pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Por eso, lucharemos, en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos, agregó.
Además, aseguró que los presentes creen en la capacidad igualadora de la enseñanza, en su poder transformador como herramienta de movilidad social ascendente y en el aporte diferencial y sustantivo que la producción científica hace en la sociedad del conocimiento.
Todos los problemas que tenemos se resuelven con más educación y universidad pública, con más inversión en ciencia y tecnología. Queremos que nuestras instituciones sean el dispositivo que le permita a Argentina desandar las desigualdades estructurales y emprender la senda del desarrollo y la soberanía, concluyó.
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