La invasión de territorio mexicano tuvo como objetivo el secuestro de Glas, perseguido judicial y políticamente desde hace siete años y que se encontraba en calidad de asilado en esa sede diplomática, afirma una carta divulgada este sábado con 161 firmas.
La misiva cuenta con el respaldo de los expresidentes Alberto Fernández, de Argentina; Ernesto Samper, de Colombia; Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador; José Luis Rodríguez Zapatero, de España.
A ellos se sumaron el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el trovador cubano Silvio Rodríguez, el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), Jorge Arreaza, entre otras personalidades de Ecuador, Estados Unidos, España, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, Chile Paraguay y Cuba.
“Exigimos el inmediato retorno a la situación previa al asalto en contra de la embajada de México, reponiéndose el estatus de asilado político a Jorge Glas”, reclaman en el texto, donde piden que se le otorgue al exfuncionario ecuatorianos el salvoconducto correspondiente para trasladarse “sano y salvo” a territorio mexicano.
Los firmantes manifestaron preocupación por la salud e integridad física del exvicemandatario y responsabilizaron por su seguridad al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, “autor de su secuestro”.
El pasado 5 de abril, efectivos de la Policía Nacional irrumpieron en la embajada mexicana en Quito y tomaron por la fuerza a Glas, una intervención condenada por la comunidad internacional y que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países.
Ni las dictaduras militares se atrevieron a perpetrar una agresión de este tipo que, en este caso, fue instruida desde la más alta autoridad del Estado, aseveró la carta, en la cual agregan que Glas fue víctima de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Ante lo ocurrido, México acusó a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que la semana pasada escuchó consideraciones de ambas partes.
En su alegato de defensa ante la CIJ, el gobierno ecuatoriano intentó justificar su entrada violenta a la embajada con el argumento de que fue un caso excepcional y que el asilo político otorgado a Glas es ilícito porque sobre él pesan condenas por delitos comunes.
No obstante, México lo considera un perseguido político y asegura que el gobierno de Noboa infringió el artículo 22 de la Convención de Viena sobre la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
lam/avr