El mayor de todos los siniestros ocurre en la localidad de Parker Lake, cada vez se acerca más al poblado de Fort Nelson y crece en extensión, pese a las acciones por mitigarlo y cerrarle el paso.
Además, esa localidad está a merced de otro fuego menor, pero que igualmente avanza impulsado por la fuerza de los vientos.
Ante ese panorama, las autoridades calificaron de extremandamente desafiante la situación de contingencia y urgieron a los residentes de Fort Nelson que todavía permanecen en la zona para proteger sus propiedades, a buscar refugio porque están en riesgo sus vidas.
Indicaron que el poblado puede sufrir un comportamiento volatil debido a la intensificación de las llamas y ello reducirá las posibilidades de emprender acciones de rescate.
Columbia Británica reporta más de 100 incendios activos que obligaron a evacuar a alrededor de cinco mil personas, deterioró la calidad del aire e incineró unas 35 mil hectáreas de bosques.
Las brigadas de emergencia se esfuerzan por sofocar las llamas con apoyo de helicópteros, bulldozers y grandes cantidades de agua, mientras intentan proteger la infraestructura de las zonas en peligro.
Además, las unidades de salud están listas para atender casos de urgencia porque el humo de los incendios deterioró la calidad del aire y las personas con problemas respiratorios corren riesgo.
La situación atmósferica igualmente amenaza a la población de las vecinas localidades de Minessota y Wiscosin en Estados Unidos, cuyas autoridades activaron las alertas por contaminación medioambiental.
El año pasado Canadá sufrió un récord de incendios forestales que conllevó a refugiar a más de 235 mil ciudadanos, dejó un bombero muerto y más de 18 millones de hectáreas de bosques consumidas.
Para este 2024 igualmente se vaticina una temporada muy activa y el saldo puede ser peor por la persistencia de la sequía y las altas temperaturas previstas el verano próximo.
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