Se trata de una comedia compuesta por los relatos Los primos, No te lo vas a creer y La historia del tabaco, enlazados por un hilo central: el cuarto de un escritor, donde las personas acuden a narrar historias con la esperanza de obtener algún dinero y convertirse en personajes de novela.
Es un largometraje lleno de sensualidad, desenfado, irreverencia y pasiones ocultas, una versión de la obra de Boccaccio en ambiente citadino, un Decamerón habanero.
A juicio del crítico cinematográfico cubano Frank Padrón, Boccaccerías habaneras es un ejemplo de cómo dialogar con un supratexto ilustre sin dejar de presentar ideas propias, actuales y contextualizadas.
Considera que toda la narración se explaya en un recorrido por una Habana de varios rostros y estilos, pero que suman una misma ciudad con sus peculiares sabores y especificidades. Aquí afloran temas mucho más amplios y profundos como la sensualidad del cubano, su sentido del humor, la prostitución y el robo sistemático de quienes pretenden vivir engañando al prójimo, refiere el especialista.
Destacan en la película las brillantes actuaciones de Mario Guerra, Luis Alberto García, Omar Franco, Raúl Lora, Yarlín Pérez, Patricio Wood y Yudit Castillo.
El filme conquistó en 2013 el Premio Coral de Guion, así como el Coral del público y premio del Cibervoto en el 35 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Mereció además en 2014 el Premio Caricato a Mejor actor de cine para Mario Guerra, el galardón a Mejor película extranjera en el Festival Internacional de Cine de Hermosillo, México, y Premio del espectador en el 40 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España.
A estos triunfos se suma en 2015 el premio a Mejor Dirección y Mejor Guion en Havana Film Festival de Nueva York, y el lauro a Mejor comedia, en Fort Lauderdale International Film Festival, ambos en Estados Unidos.
Un año después, la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York le confirió a Arturo Sotto el Premio al Mejor Director.
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