De acuerdo con el organismo, aunque las previsiones económicas mejoraron desde la última publicación en enero de este año, las perspectivas son sólo cautelosamente optimistas.
Entre otros retos, el texto analiza las continuas tasas de interés elevadas, las dificultades de endeudamiento y los riesgos geopolíticos que ponen en peligro un crecimiento económico estable y sostenido.
A la par, los shocks climáticos plantean cada vez más desafíos adicionales a los pronósticos globales, lo que amenaza décadas de avances en materia de desarrollo, especialmente para los países menos adelantados y los pequeños estados insulares.
El informe detalla el impacto de la demanda de minerales críticos y su rápido crecimiento, a medida que se acelera el despliegue de tecnologías bajas en carbono.
Ese sector presenta nuevas oportunidades para muchos países en desarrollo, pero la gestión eficaz de dichos recursos sigue siendo esencial para lograr resultados positivos para los Objetivos de Desarrollo Sostenible y evitar los negativos.
Una edición inicial de los pronósticos para este año avizoró que los riesgos para el crecimiento mundial están en general equilibrados por lo que es posible vislumbrar un aterrizaje suave.
Las proyecciones situaron al crecimiento mundial en 3,1 por ciento en 2024 y en 3,2 por ciento en 2025, apenas 0,2 por ciento por encima de lo estimado en octubre.
Según la ONU, esto se debe a una resiliencia mayor de lo esperado en Estados Unidos y en varias economías de mercados emergentes y en desarrollo importantes, así como al estímulo fiscal en China.
No obstante, lo proyectado para 2024 y 2025 está por debajo del promedio histórico de 3,8 por ciento, ante las elevadas tasas de interés de política monetaria para combatir la inflación, el repliegue del apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento que frena la actividad económica y el bajo crecimiento de la productividad subyacente.
kmg/ebr
