Las tres mociones fueron leídas en el pleno cada una con las firmas de una treintena de congresistas -la mayoría firmaron las tres-, sobre un total de 130, y casi todos progresistas a los que se sumaron algunos de centro.
La búsqueda de más firmas no encontró acogida en las bancadas del bloque de derecha extrema y centro-derecha, mayoritario en el parlamento, por lo cual es difícil que alcance los 87 votos necesarios (dos tercios del total) para cesar a la presidenta.
La promotora de una de las mociones, Ruth Luque, dijo que, en vista de ello, espera que se logre al menos un debate de fondo, para que Boluarte se presente ante el pleno y dé explicaciones al país sobre las investigaciones que afronta.
Para ello, se necesita que en el siguiente plenario congresal, alguna de las tres mociones o la fusión de las mismas, logre sumar 52 votos, a fin de que pueda asumir su defensa la mandataria y se produzca el consiguiente debate político.
La admisión a debate será tratada en el próximo pleno parlamentario.
La mandataria es investigada por un equipo de fiscales dedicados a casos de corrupción en el poder estatal, por presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y cohecho, así como obstaculización a la justicia, por su presunta injerencia en las indagaciones.
Las pesquisas han llevado a la detención del hermano de Boluarte, Nicanor, y del abogado de la mandataria, Mateo Castañeda, el primero por intromisión ilegal en el nombramiento de funcionarios y autoridades de nivel local, con fines partidarios y posiblemente corruptos, y el segundo por intento de soborno a la Policía para favorecer a la gobernante.
Entretanto, la preocupación por la crisis política y su impacto en la economía se extendió a sectores empresariales, entre los cuales el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Jesus Salazar, declaró que siempre ha planteado esperar el fin del mandato de Boluarte para que haya nuevas elecciones de 2026.
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