Presidente de la compañía biotecnológica estadounidense Discovery Therapeutics Caribe (DTC), con sede en Cleveland (Ohio), Weingart confirmó en declaraciones a Prensa Latina en esta capital que tienen la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) para comenzar la fase 3 de esos estudios clínicos.
“Hemos podido operar al amparo de una excepción al embargo (bloqueo), que permite proyectos conjuntos de investigación médica en los que participamos nosotros y las organizaciones cubanas, así que hemos utilizado esa disposición para sacar adelante este proyecto”, dijo.
Adelantó que en el estudio participarán alrededor de “180 pacientes en unos 25 centros” del país y “creemos que tardaremos unos 18 meses en realizarlo. Esperamos estar en el mercado con este medicamento aprobado por la FDA a mediados de 2028”.
A una pregunta de la reportera acerca de la población con esta afectación de salud aquí, el doctor Weingart afirmó que “38,4 millones de estadounidenses padecen diabetes, de ellos 1,6 millones cada año desarrollarán una úlcera de pie diabético”.
De esa cifra “160 mil resultarán en una amputación y de ellos 80 mil morirán en los próximos cinco años, así pues, si se sigue el ciclo, cada año 80 mil personas mueren por las complicaciones de una úlcera del pie diabético lo que hace que sea la octava causa de muerte en Estados Unidos y más mortal que ciertos tipos de cáncer”, advirtió.
El experto asistió la víspera a un evento promocionado por la embajada de Cuba en Estados Unidos, en el que se expusieron las posibilidades colaboración bilateral en los sectores de la biomedicina y las investigaciones biotecnológicas.
Las presentaciones en la reunión las realizaron el doctor Mitchell Valdés, director del Centro de Neurociencias de Cuba y miembro de la Academia de Ciencias de la isla, el distinguido profesor Mark M. Rasenick y Weingart.
En el auditorio estaban la congresista demócrata Jan Schakowsky, el doctor Peter Agre, Premio Nobel de Química 2003, entre otras personalidades.
Schakowsky y la congresista Barbara Lee hicieron circular en 2013 una carta entre sus colegas pidiendo al Departamento de Hacienda que emitiera una licencia a un grupo que quería realizar un ensayo clínico de Heberprot-P en Estados Unidos, explicó.
Seis años más tarde la congresista Lee interrogó al comisario de la FDA sobre por qué el Heberprot-P no estaba disponible todavía en el país, “así que siento que estamos haciendo realidad lo que se pensó debió suceder en 2013 y en 2019”, acotó.
DTC, que se dedica a mejorar los resultados de salud de los estadounidenses mediante el desarrollo de terapias regenerativas para enfermedades graves y potencialmente mortales, al hacer el anuncio de la FDA a inicios de mayo expresó que logró un hito importante que refleja el progreso en su programa clínico.
El fármaco cubano, que ayuda a cerrar heridas difíciles de curar en pacientes diabéticos, fue desarrollado hace dos décadas y su uso fue autorizado ya en 26 países.
Otras colaboraciones de investigación médica entre Estados Unidos y Cuba tienen lugar entre el Roswell Park Cancer Institute (RPCI) y el Centro de Inmunología Molecular de Cuba para estudios sobre ese mal.
En 2022, el RPCI se convirtió en el primero en obtener la autorización de la FDA para ensayos clínicos en Estados Unidos con terapia cubana.
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