La diplomática, en entrevista que ofreció al canal de televisión TVC recordó que lo mismo pasó en Ucrania, «fueron a Kiev con una política nacional que se inclina hacia el nacionalismo. No funcionó con Georgia, por tanto, actúan con dureza. Desde nuestro punto de vista es una locura», señaló.
Según Zajárova, el factor clave en la resistencia de Georgia a la influencia occidental es la presencia de personas dentro del sistema político y de la sociedad que están centradas en el pueblo y en su país, y no se paran a pensar demasiado en factores externos.
El 14 de mayo, el Parlamento georgiano aprobó en sesión plenaria la ley sobre agentes extranjeros en tercera y última lectura.
El proyecto de ley empezó a discutirse en abril. Desde entonces, en Georgia han comenzado protestas a gran escala. En varias ocasiones las protestas se convirtieron en enfrentamientos con las fuerzas especiales, que utilizaron gas pimienta y cañones de agua para dispersar a los manifestantes.
La ley enfrenta la oposición de Estados Unidos y la Unión Europea, así como de varias organizaciones internacionales: la ONU, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y el Consejo de Europa.
Los dirigentes del partido gobernante de Georgia, por su parte, sostienen que la norma sólo sirve para garantizar la transparencia de la financiación extranjera del sector no gubernamental y los medios de comunicación. El 18 de mayo, la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, impuso su veto sobre la ley aprobada por el Legislativo nacional, aunque el parlamento tiene potestad para invalidarlo con la aprobación de la mayoría simple de los escaños.
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