El mandatario angoleño, quien intervino en la ceremonia en calidad de presidente de turno de la SADC, señaló que la reelección de Assoumani es el reconocimiento de su pueblo a su “comprometida labor en la transformación del país hacia el desarrollo económico, el progreso social y la prosperidad”.
Resaltó igualmente el papel que desempeñó al frente de la Unión Africana en 2023 y la manera realista y pragmática en la que abordó las cuestiones del continente para resolver los principales problemas a los que se enfrenta África.
Añadió que se trata de un legado que servirá de guía y orientación para definir estrategias que aceleren los procesos de promoción del diálogo para poner fin a los conflictos en el continente y allanar el camino hacia el desarrollo económico y social.
“Esta ceremonia es una demostración de que la única forma sostenible y legítima de acceder al poder en África es a través de elecciones libres, justas y transparentes, que brindan a los pueblos la oportunidad de celebrar la fiesta de la democracia con todas sus virtudes reconocidas”, subrayó Lourenço.
Enfatizó que los dirigentes que surgen de estos procesos pueden contar con una base popular amplia y consistente, la cual les permite gobernar legítimamente en un clima de mayor serenidad y estabilidad.
Consideró que la región de la SADC es un buen ejemplo en cuanto a la “celebración regular de elecciones libres y transparentes, cuyos resultados no generan, por regla general, contiendas violentas que pongan en peligro el mantenimiento del orden y la estabilidad en los países”.
El presidente angoleño recordó que este año se celebrarán comicios en Namibia, Botswana, Mozambique y Sudáfrica, donde se espera que los resultados sean respetados por todas las partes contendientes.
Aprovechó la oportunidad para expresar su preocupación por la situación de inestabilidad y guerra que prevalece en algunos Estados miembros de la SADC, como Mozambique y República Democrática del Congo (RDC), a los cuales ratificó el apoyo y solidaridad de la Comunidad.
También por el número creciente de víctimas humanas en Sudán, así como por la cantidad de desplazados internos y refugiados, que generan desestabilización en las naciones vecinas y dificultades para responder a la emergencia humanitaria; para lo cual reclamó más atención de la comunidad internacional.
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