En un encuentro celebrado en la sala Héctor García Mesa del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), el joven realizador destacó que la obra rinde tributo a los 50 años de esa gloria del séptimo arte cubano que fue El hombre de Maisinicú (1973).
Fue un sueño hecho realidad gracias a la colaboración del director de la película Manuel Pérez, destacó el autor del documental.
A juicio de Pérez, el descubrimiento que llevó a cabo Lobaina con esta producción fue muy interesante, así como una experiencia humana extraordinaria encontrarse en la ciudad de Trinidad, en el centro del país, medio siglo después.
El propósito del audiovisual, de acuerdo con su director, es acercar el largometraje a los jóvenes, pues insiste en la necesidad de redescubrirlo continuamente.
Todavía subsisten bandas contrarrevolucionarias que tratan de mantener un foco de terror en la población y de restablecer contacto con la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, destaca la sinopsis de la cinta de 1973.
Una mañana es hallado el cadáver del administrador Alberto Delgado en la finca Maisinicú, y las investigaciones revelan una atmósfera intensa y violenta, una personalidad contradictoria, precisa.
El itinerario de Delgado en los últimos meses permitirá conocer la audaz infiltración de este agente de los servicios de la inteligencia cubana, quien descubre a los bandidos que operan en la zona, añade.
Maisinicú, medio siglo después, es una remembranza del rodaje de este clásico del cine cubano.
En él se entrevistan a los principales realizadores de la película con la intención de aproximar al púbico, desde las locaciones originales, a la importancia de esta obra cinematográfica.
La proyección del documental forma parte del programa del festival de verano, una iniciativa del Icaic, además de celebrar el aniversario 65 de esa emblemática institución cubana.
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