Hasta las 19:00, hora local, la luchadora por los derechos humanos será velada en la Casa de la Memoria y la Vida – Predio Quinta Seré, en el partido de Morón, perteneciente a la provincia de Buenos Aires.
Ese lugar fue operado por la Fuerza Aérea Argentina y allí funcionó un centro clandestino de detención conocido como Mansión Seré o Atila, entre febrero de 1977 y abril de 1978.
Anoche, un grupo de personas llegó hasta la capitalina Plaza de Mayo y realizó una vigilia y una ronda en tributo a la conocida como Madre de todas las batallas.
Norita se unió a las Madres después del secuestro de su hijo Gustavo, ocurrido el 15 de abril de 1977, durante la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983), y desde entonces no cesó en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Según comunicó su familia, el 17 de este mes fue intervenida quirúrgicamente por una hernia, pero patologías preexistentes agravaron su situación.
Tras conocerse su muerte, expresidentes, legisladores y organizaciones políticas, sindicales y sociales expresaron su pesar y resaltaron su legado.
Te despedimos llenos de tristeza, pero también con toda la fuerza que siempre emanaba de ti. Serás siempre un ejemplo de lucha. Nuestro mejor homenaje es seguir peleando. Hasta la victoria, siempre. ¡Venceremos!, señala un mensaje de la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires.
Por su parte, el Equipo Argentino de Antropología Forense expresó su tristeza, admiración y cariño por la tenaz luchadora.
A su vez, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, aseveró que es una referente para todos los que abrazan la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia, y aseguró que estará presente en cada reclamo por los 30 mil detenidos-desaparecidos durante el régimen militar.
Asimismo, la exlegisladora y dirigente estudiantil Ofelia Fernández afirmó que Norita fue su primera heroína.
El dolor de cualquiera era el suyo, estaba paradita en la primera línea ante cualquier injusticia. Su paso a la inmortalidad parece ya asegurado, pero depende de que vivamos como nos enseñó. Con lágrimas en los ojos quiero prometerle para siempre intentarlo, aunque sospecho que su inmensidad es imposible de replicar, indicó.
Qué culpable me siento de que falleciera con tipos tan sueltos de cuerpo (y desde el gobierno) escupiendo basura sobre la historia de luchadoras como ella. Ya lo van a pagar. Descansa al fin, después de estar hace tanto tiempo en todas partes a la vez, nos toca nuestra parte, añadió.
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