De acuerdo con un reporte publicado este miércoles en el sitio digital del diario Il Sole 24 Ore, basado en datos del Instituto Superior para la Protección y la Investigación sobre el Medio Ambiente (Ispra), el pasado año dichas emisiones mostraron un descenso del 6,3 por ciento respecto a 2022, y 21,0 puntos porcentuales en comparación con 1990.
Riccardo De Lauretis, jefe de la oficina de Ispra que se ocupa de los inventarios de gases de efecto invernadero y de los escenarios de emisiones, “en 2023 se registró un menor consumo gracias a un invierno suave en términos de calefacción”.
Debe recordarse, según dijo, que “venimos de un 2022 caracterizado por el uso de centrales eléctricas de carbón, debido a la crisis del gas y a una disminución de la energía hidroeléctrica por la sequía”, mientras en 2023 se incrementó la descarbonización en los sectores industrial y energético, con mayor empleo de fuentes renovables.
Sin embargo, se mantienen los problemas en el sector del transporte, que aporta aproximadamente el 26,0 por ciento de las emisiones en Italia, mientras la producción de energía genera unos 23,0 puntos porcentuales del total, el sector residencial el 18,0 por ciento y la industria manufacturera un porcentaje de 13,0 puntos del total.
A pesar de los avances logrados, con una caída en las emisiones contaminantes de la energía y la industria, Italia superó en 2023 el límite fijado por la Unión Europea para este país, en el equivalente a 12,9 millones de toneladas de Co2, como consecuencia de la contaminación generada por el transporte, agrega la fuente.
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