Las alertas vienen de funcionarios del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) y de la Unidad de Barreras Sanitarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
«No son mascotas y deben estar en su hábitat», dijo la presidenta del INBA, Marcia del Campo, al diario El Observador.
Entre las cientos de especies confiscadas en el último año hay «animales de compañía, de producción, exóticos y fauna silvestre», señala un comunicado del instituto.
Del Campo advirtió que esos ejemplares terminan en el mercado ilegal tras su ingreso ilegal por puntos fronterizos.
«Vienen sufriendo un estrés muy grande, porque a veces vienen de distancias largas y muchas veces en condiciones inimaginables para pasar desapercibidos», alertó.
Remarcó que por «temas sanitarios» deben pasar por una cuarentena una vez capturados, lo que suma un estrés extra. «Muchos no sobreviven», lamentó la presidenta del INBA.
Desde el Ministerio de Ganadería alertaron los riesgos de introducir especies sin pasar por los controles sanitarios, lo cual puede traer enfermedades que afecten a la fauna uruguaya.
Así lo consideró la directora general de Bioseguridad e Inocuidad Alimentaria del ministerio, Virginia Guardia.
Hace unos días la dirección Nacional de Aduanas incautó 50 animales exóticos en Salto Grande, en el noroeste.
En un vehículo conducido por un argentino viajaban escondidos 30 tortugas y 20 pajaros, que fueron entregados al MGAP.
El conductor fue acusado de contrabando y cumplirá seis meses de prisión en régimen de libertada prueba y realizar tareas comunitarias.
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