Un nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía, la Agencia Internacional de Energías Renovables, la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, arrojó luces sobre el panorama actual.
A escala global, la situación en vez de mejorar, empeoró: en 2022 el número de habitantes sin electricidad creció por primera vez en más de una década, señala el estudio divulgado la víspera.
Al menos 685 millones de personas carecieron de acceso, 10 millones más que en 2021 y el retroceso en los territorios africanos al sur del Sahara supuso un incremento del déficit en comparación con los niveles de 2010, ejemplifica el análisis.
Según el diagnóstico, la brecha mundial en el acceso a la energía siguió en ascenso a medida que el crecimiento de la población superó al de las nuevas conexiones, mientras dos mil 100 millones de individuos continuaron dependiendo de combustibles perjudiciales para cocinar.
De continuar la tendencia observada, resulta poco probable que logre concretarse el Objetivo de Desarrollo Sostenible número siete (ODS 7), el cual estableció el compromiso de garantizar el acceso a a energía asequible, fiable, sostenible y moderna para 2030, advierte la investigación.
El objetivo incluye alcanzar el acceso universal a la electricidad y a la cocina limpia, duplicar los niveles históricos de mejora de la eficiencia y aumentar sustancialmente la proporción de energías renovables en la combinación energética mundial.
Su consecución tendría un profundo impacto en la salud y el bienestar de las personas, ayudando a protegerlas de riesgos medioambientales y sociales como la contaminación atmosférica, y ampliando el acceso a la atención primaria de salud y a los servicios sanitarios, expone el texto.
Sin embargo, los esfuerzos en curso no bastan para alcanzar el ODS 7 a tiempo, aunque haya algunos avances en elementos específicos, entre ellos, el aumento de la tasa de despliegue de energías renovables en el sector eléctrico.
A juicio de las fuentes, los principales factores adversos han sido la crisis energética mundial, la inflación, el creciente endeudamiento de muchos países de renta baja y el incremento de las tensiones geopolíticas.
El informe conjunto aboga por “acciones concretas inmediatas”, especialmente para abordar la gran disparidad en la inversión en energía limpia, pues el 80 por ciento siguió concentrado en solo 25 países.
Con las políticas actuales, en 2030 todavía habrá 660 millones de personas carentes de electricidad y alrededor de mil 800 millones sin acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar, sintetiza el documento.
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