Si alguien ha decidido distraer la atención de los problemas internos en Armenia, usando la imagen de un enemigo exterior, es una posición poco perspicaz, dijo Glaz, y agregó que a Minsk y a Ereván les unen vínculos de amistad, historia, cooperación y estrechos contactos empresariales, destacó la agencia BelTA.
El portavoz apuntó que no pensaban empeorar esas relaciones, y agregó que Minsk nunca ha hecho ningún daño al pueblo armenio, al que respeta y le desea tener unos dirigentes que piensen de verdad en el futuro del país y en el bienestar del pueblo.
Anteriormente, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, anunció que Ereván tomó la decisión de «congelar» su membresía en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y que el siguiente paso lógico será abandonar la entidad.
Según Pashinián, la situación podría cambiar en teoría si Belarús decide salir de la OTSC o si el presidente belaruso, Alexandr Lukashenko «presenta disculpas aceptables para el pueblo armenio».
Armenia llamó a consultas a su embajador en Minsk después de que Lukashenko llamó «guerra libertadora» la operación lanzada por Azerbaiyán en Nagorni Karabaj en otoño de 2020.
Armenia y Azerbaiyán libraron dos guerras por Nagorni Karabaj desde que ese territorio, de población mayoritariamente armenia, decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Tras las hostilidades de otoño de 2020, Armenia perdió todos los distritos situados en torno a Nagorni Karabaj y también unos territorios que en la época soviética formaban parte de la gobernación autónoma del enclave.
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