Durante su discurso en la cumbre de líderes del G7, grupo de los países más industrializados del mundo, compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y la Unión Europea, Lula volvió a criticar la respuesta militar del gobierno israelí a los ataques perpetrados en octubre por el ala militar de Hamás.
En la Franja de Gaza, «vemos el legítimo derecho de defensa convertirse en derecho de venganza. Nos enfrentamos a la violación cotidiana del derecho humanitario, que ha afectado a miles de civiles inocentes, sobre todo mujeres y niños. Esto nos llevó a respaldar la decisión de Sudáfrica de activar la Corte Internacional de Justicia», afirmó.
Anteriormente, en febrero, el mandatario brasileño subió el tono contra el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y comparó los ataques en Gaza a la barbarie practicada por la Alemania nazi de Adolfo Hitler contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.
También, recientemente, Lula reforzó las críticas y dijo que las acciones del gobierno israelí en ese enclave configuran un genocidio.
De igual manera en su intervención en el G7, reiteró, además, que en el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania «está claro que ninguna de las partes logrará alcanzar todos sus objetivos por la vía militar».
Consideró que «solamente una conferencia internacional que sea reconocida por las partes, en los moldes de la propuesta de Brasil y China, viabilizará la paz».
En otra arista de su alocución, el gobernante volvió a defender la propuesta de gravamen global de los superricos, idea adelantada por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, en reciente reunión del G20 (grupo formado por las 19 mayores economías del mundo, y las uniones Africana y Europea), y en cita con el papa Francisco, en el Vaticano.
Mostró preocupación por el cambio climático y pidió mayor control sobre inteligencia artificial.
En el área digital, experimentamos una concentración sin precedentes en manos de un pequeño número de personas y de empresas, con sede en un número aún menor de países, apuntó Lula.
«Nos interesa una Inteligencia Artificial segura, transparente y emancipadora. Que respete los derechos humanos, proteja los datos personales y promueva la integridad de la información. Que pueda proyectar las capacidades de los Estados de adoptar políticas públicas para el medio ambiente y que contribuya a la transición energética”, demandó.
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