Así lo considera el representante de la Cátedra Latinoamericana de Cuentería Campesina y Tradicional, Nelson Aragón, quien investiga el tema desde hace unos años y describe al cuentero como un ente de la comunidad rural.
Con vasta experiencia en el trabajo de campo como habilidad sociocultural, en su indagación Aragón traza una línea psicológica para abordar la temática y crea una metodología, desde el punto de vista conceptual, para entender y respaldar teóricamente lo que aportan los cuentos imaginarios.
Explicó que la cuentería es un proceso en el que a las personas, a través de su interacción, comunicación y socialización en la colectividad, se les ocurren acontecimientos e imaginan fantasías que más tarde convierten en información.
Añadió que está considerada una práctica arraigada en los habitantes de zonas rurales muy intrincadas, quienes a través de sus narraciones relatan aspectos de la vida, del trabajo, sucesos y acontecimientos cotidianos, sean verídicos o no.
Este fenómeno, dijo, forma parte de la idiosincrasia y prácticas campestres no solo de Cuba, sino también de muchos países de América Latina, por ser un reservorio de tradiciones y saberes del campesinado.
Actualmente pertenecen a la cátedra defensores de esa práctica popular de México, Colombia, Bolivia, Argentina y Cuba, quienes mediante las redes sociales mantienen un constante y fructífero intercambio de conocimientos, ideas, videoconferencias y eventos virtuales, entre otros espacios académicos.
En la isla existen varias zonas en las cuales se desarrolla dicha habilidad oral; pero, hasta ahora, el municipio de Florencia, en Ciego de Ávila, está definido como el de mayor cantidad de historias, no solo por la presencia de cuenteros, sino también por ser el más investigado, precisó Aragón.
Allí desde hace 15 años funciona la Casa de la Cuentería, una de las acciones del proyecto Cuentarriba, el cual tiene como objetivo el rescate y la permanencia de las costumbres orales de los hombres y mujeres del campo.
Destacó el interés de salvaguardar ese patrimonio inmaterial, la identidad y las expresiones culturales por el rol de los cuenteros y juglares en la vida social de Cuba, como esparcimiento y vía para rememorar el pasado.
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