
Bailarines: mi top cinco
La Habana, 22 mar (Prensa Latina) Ser “el mejor” es casi una obsesión en el mundo del ballet. Ocurre como en otras esferas de la vida en que la competitividad está a la orden del día y el éxito se reserva para pocos: solo uno puede colgarse la medalla de oro en el pecho o interpretar el protagónico de Giselle.