Después de la divulgación de las imágenes por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, con la llegada del avión y los migrantes y el tratamiento recibido antes de su ingreso al Centro de Confinamiento del Terrorismo, el gobierno bolivariano inició una campaña nacional e internacional de denuncia.
El designado por el ejecutivo venezolano para los Diálogos de Paz, Jorge Rodríguez, calificó de “muestra de infamia, arbitrariedad y barbarie”, el secuestro de los conciudadanos y lo valoró como un “crimen de lesa humanidad».
Esta barbaridad solo puede ser comparada con “las páginas más oscuras que ha vivido la humanidad”, afirmó, y apuntó que lo denunciarán en la ONU, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y en todas las instancias multilaterales donde Venezuela participa.
Se trata, dijo, de traer a los migrantes venezolanos secuestrados en la nación centroamericana y quieran retornar desde Estados Unidos, posibilidad que quedó ratificada este sábado con el anunció de Rodríguez de la reanudación desde mañana de los vuelos procedentes del país norteño.
“Nosotros estableceremos todos los mecanismos posibles y mandaremos todos los aviones que haya que mandar a Estados Unidos para el regreso a sus hogares”, recalcó.
El presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) al referirse a la Ley del Enemigo Extranjero de 1798, invocada en la orden ejecutiva de Donald Trump, remarcó que solo puede ser comparada con las leyes de Núremberg de la Alemania nazi.
Además de constituirse en una “acción absolutamente ilegal” que violenta la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
También el presidente Nicolás Maduro fue categórico al anunciar que su Gobierno moverá todos los mecanismos con países amigos y las Naciones Unidas para proteger a los migrantes nacionales.
“Todos volverán sanos y libres a su patria», aseguró, y alertó que la Ley estadounidense es una agresión para Latinoamérica y el Caribe, y “expresión ilegal, de agresión a nuestra nacionalidad y el acto de mayor enemistad e injusticia”.
Calificar a los migrantes venezolanos como delincuentes, terroristas y asesinos es “el acto de mayor enemistad e injusticia que jamás se haya cometido desde Estados Unidos contra un pueblo de América Latina y el Caribe, y quizás del mundo”, subrayó.
Como parte de las acciones emprendidas para traer de vuelta a los compatriotas, Maduro enunció la elaboración de documentos para distribuir en las instancias de los Derechos Humanos para que se activen en función de la protección de los venezolanos.
En tanto Rodríguez reveló que fueron contratados bufetes de abogados en Estados Unidos y El Salvador para la defensa de los venezolanos secuestrados; mientras, miles de personas acuden a las Plazas Bolívar del país para dejar su firma en apoyo a quienes llaman “nuestros hermanos”.
Como medida adicional, el Gobierno bolivariano emitió una alerta a sus ciudadanos que planeen viajar a los Estados Unidos sobre los riesgos y condiciones que podrían enfrentar en ese país.
La Cancillería señaló que en los últimos meses se observó “un aumento en las medidas arbitrarias de control migratorio y en las políticas de hostigamiento contra venezolanos” en la nación norteña como detenciones arbitrarias, deportaciones sin causa, confiscación de bienes y deportaciones a terceros países.
El secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, responsabilizó a los opositores María Corina Machado, Leopoldo López, Carlos Vecchio, Miguel Pizarro, Antonio Ledesma y David Smolansky de impulsar una campaña para que los nacionales emigraran al exterior.
“Es mentira que quienes fueron enviados a El Salvador sean del Tren de Aragua, es mentira”, reafirmó, al descalificar el plan tejido por la ultraderecha.
Quiénes promovieron el tema de la migración, luego “vino la satanización de los venezolanos en el extranjero y quienes comenzaron hablar del Tren de Aragua”, fueron ellos, insistió.
Cabello llamó a los gobierno a respetar “a nuestros migrantes y se cumpla lo establecido en las normas de la Organización Internacional para las Migraciones, porque migrar no es un delito”.
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