Alrededor de 270 familias indígenas que fueron desplazadas por el conflicto comenzaron el regreso a su lugar de origen en el Resguardo de Alto Andágueda, entre los departamentos Chocó y Risaralda, en tanto otras 60 estarán temporalmente en albergues en el sur de Bogotá mientras se define un sitio definitivo para su asentamiento.
En más de 20 buses, cerca de 800 personas de la comunidad Emberá emprendieron el retorno a su lugar de origen, en un proceso en el que participaron entidades como la Unidad para las Víctimas y el Ministerio del Interior.
Por otra parte, en Bogotá permanecerán en cuatro albergues las familias que aceptaron el traslado de manera temporal.
Estos espacios, seleccionados bajo criterios de dignidad, ofrecerán condiciones adecuadas para la estancia de las familias por un periodo estimado de dos meses, mientras el gobierno y las comunidades Emberá definen su destino definitivo.
Según declaró la directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, el gobierno seguirá honrando su compromiso de trabajar para que este retorno sea sostenible y para que las comunidades afectadas por el conflicto armado continúen avanzando hacia la reparación integral.
A propósito de la operación, el presidente Gustavo Petro comentó que la Unidad para las Víctimas y el Ministerio del Interior lograron resolver un problema de años: el acuerdo para que la comunidad Emberá abandone el Parque Nacional de Bogotá y regrese a su tierra.
ro/ifs