En una conferencia de prensa desde la sede de la ONU en Nueva York, el representante adelantó que los índices actuales podría duplicarse en los próximos meses por la falta de acción de la potencia ocupante.
“Hacer padecer hambre a los civiles como método de guerra está prohibido por el derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra”, recordó Türk.
Israel tiene la obligación específica, en virtud del derecho internacional humanitario, de llevar a Gaza los alimentos, los suministros médicos y otros artículos necesarios y de facilitar la ayuda humanitaria por todos los medios a su disposición, añadió al respecto.
El alto comisionado denunció los impedimentos de las fuerzas israelíes para que la ayuda humanitaria acceda al norte del enclave en particular, lo que agrava las necesidades humanitarias y médicas ya desesperadas. A la par, las órdenes de evacuación “parecen diseñadas para aislar completamente el norte de Gaza del resto del territorio, mientras continúan los bombardeos y otros ataques”.
En el Líbano, agregó, los ataques israelíes diarios contra edificios residenciales en áreas urbanas tienen un costo terrible para los civiles, con un número significativo de víctimas, destrucción y desplazamientos.
Sus declaraciones coinciden con la alarma emitida por el el índice de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC) de la ONU que este viernes estimó que cerca de 1,8 millones de personas, es decir, alrededor del 86 por ciento de la población de Gaza sufre niveles críticos de hambre, definidos como Fase tres o superior en la escala de cinco puntos.
En tanto, otras 133 mil, o alrededor del seis por ciento de la población se encuentran en la Fase cinco, el nivel más alto, conocido como hambre catastrófica.
La iniciativa ha advertido repetidamente sobre la hambruna a lo largo de la guerra de más de un año que acumula más de 42 mil victimas fatales y 96 mil heridos solo en la Franja.
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