En una carta dirigida al embajador norteamericano en este país sudamericano, Marc Stanley, dicha organización aseveró que la calificación de la nación caribeña con esos términos “es una decisión manifiestamente sesgada y arbitraria, que persigue motivos indignos” y carece de fundamentos.
Sumar a Cuba a esa lista habilita decisiones y acciones en perjuicio de ese país, negándole acceso a bienes y servicios básicos e imprescindibles para una vida digna.
Además, refuerza el bloqueo criminal que lleva más de 60 años y tiene por finalidad imponer un cambio radical, violando el principio de soberanía y de libre determinación de los pueblos, señala la misiva.
Asimismo, indica que, como publicara la Organización de las Naciones Unidas el 8 de febrero, la designación unilateral va en contra de las leyes internacionales y de los derechos humanos fundamentales como el de la alimentación, la salud, la educación, los económicos y sociales, a la vida y al desarrollo.
También crea un efecto amedrentador. Un análisis de los procesos históricos, evidencia que Cuba no es quien patrocina el terrorismo, sino los sucesivos gobiernos estadounidenses, que buscan imponer, a como dé lugar, un cambio en su política interna. Por eso insisten sin razón ni evidencia en incluirla como patrocinadora, añade.
La Asamblea en Rosario aboga por el respeto y el cumplimiento del derecho internacional, demanda la exclusión de la isla de esa lista y que sean levantadas todas las restricciones y medidas que sostienen un bloqueo tan inhumano como brutal, que hace décadas provoca enormes sufrimientos y sacrificios al pueblo cubano, concluye.
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